Una de ellas, y de hecho, una de las más importantes es llevar una dieta saludable. Esto significa comer variedad de frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos, y limitar el consumo de alimentos procesados, alimentos ricos en grasas y azúcares.
Otra cosa que podemos hacer es hacer ejercicio regularmente. Este nos ayuda a controlar el peso, a mejorar la circulación y fortalecer el corazón. Es recomendable hacerlo al menos 30 minutos al día, pero incluso caminar unos pocos minutos al día puede ayudarnos.
Además, es importante controlar los niveles de colesterol y presión arterial. Estos factores de riesgo pueden moderarse mediante cambios en la dieta, ejercicio regular, y en algunos casos, medicamentos. Es recomendable hacerse un chequeo regular con el médico para tenerlos monitoreados y tomar medidas en caso de ser necesario.
También podemos prevenir las enfermedades del corazón evitando el consumo de tabaco y alcohol en exceso. El tabaco, por ejemplo, incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas debido al aumento a la presión arterial y el colesterol, mientras que el alcohol puede causar problemas de peso y presión arterial.
Un punto de extrema importancia a tener en cuenta es el estrés, ya que cuando es crónico aumenta los niveles de hormonas en el cuerpo, y esto lleva a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. En esos casos debemos encontrar formas de manejarlo. La meditación, yoga, o terapia ayuda en muchos casos.
Cambiar hábitos que afectan a tu corazón puede ser complicado al principio, pues la mayoría estamos acostumbrados a llevar vidas muy irresponsables en términos alimenticios, pero si somos consistentes podemos no solamente alargar nuestra vida sino vivirla de una forma muy plena.