Los investigadores encontraron en dicho estudio, en el que participaron niños entre 9 y 11 años, que la velocidad de la caminata tiene un efecto mínimo en la oxidación de grasas. Y según los resultados el índice de quema de grasa y carbohidratos más alto se produjo a una velocidad de unos 2,5 kilómetros por hora.

En base a estos hallazgos, los investigadores dicen que un programa de ejercicios de intensidad moderada es recomendable para el tratamiento de la obesidad en niños con sobrepeso.

Caminar lento, quemar grasa

En el estudio, los investigadores compararon la cantidad de grasa que quemaban 24 niños, con un índice de masa de 25,5, a velocidades de caminata variable. Los resultados fueron los siguientes.

Los individuos quemaron más grasa cuando caminaban entre 2,5 y 4 kilómetros por hora. Al aumento la velocidad de la caminata a 5 kilómetros no se observó mucha diferencia.

Aunque los niños quemaron más hidratos de carbono cuando aumentaron la velocidad, los investigadores encontraron que el ritmo moderado quema más grasa en relación al esfuerzo desempeñado.

Los investigadores dicen que la obesidad hace que el cuerpo, en un estado de reposo, coja energía de otras fuentes en lugar de la grasa, lo que causa que se acumule. Pero al ejercitarnos quemamos grasa y perdemos peso.

Gracias a estos resultados, los investigadores pueden proponer ejercicio de baja intensidad a los niños obesos, el cual es más factible y aceptable para ellos, en comparación a programas intensos que no aportan ningún beneficio extra.

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