Por ejemplo, lanzarle platos a tu esposo o romperle el teclado de la computadora en la cabeza a tu jefe no hablaría muy bien de ti. Sin embargo toda esa energía podemos encausarla.

Busca un lugar seguro para darle rienda suelta a tu ira

Antes de enfrentarse al objeto de tu ira, habla con un amigo de confianza, compañero de trabajo, o consejero que puede ayudarte a llegar a la raíz de lo que te está afectando. Reflexionar sobre ello con alguien puede ayudarte a encontrar formas menos hostiles para expresar tus sentimientos.

Acércate a la persona que te hizo enojar

Como regla general, entre más significativa es la relación, más importante es que es articular los sentimientos de una manera constructiva. En caso de problemas podemos decir: "Esto me molesta. ¿Qué podemos hacer?"

Identifica la razón de la rabia

Siempre hay algo detrás de una reacción irascible. El truco es encontrar lo que lo detona. Si no es obvio, puedes llevar un registro para ayudarte a descubrirlo. Para algunas personas, puede ser necesaria la ayuda profesional para logralo.

Encontrar un desahogo físico

Aunque correr y otras actividades físicas pueden ser útiles, aquí te recomendamos golpear algún objeto acolchado o una bolsa para boxear. La clave, es verbalizar mientras lo hacemos. Involucrar la voz con la actividad física te ayuda a calmar la ira y de esa manera será mucho más fácil enfrentarte al diálogo sin perder los estribos.

Respira profundamente

Si estas a punto de perder la calma, tómate unos segundos, sobre todo si piensas que estas en riesgo de hacerle daño a alguien física o emocionalmente. Puedes incluso necesitar alejarte de la situación por un tiempo.

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