Muchos investigadores creen que el propósito de la risa está relacionado con el fortalecimiento de los vínculos sociales.
La risa se produce cuando las personas se sienten cómodos unos con otros, cuando se sienten libres. Y cuanto más la risa hay, más unión se produce dentro del grupo. Esta reacción natural, combinada con el deseo común de no ser excluido del grupo, puede ser otra de las razones por la qué la risa es a veces contagiosa.
Los estudios también han demostrado que los individuos dominantes como los jefes, usan más el humor que sus subordinados. Probablemente ya te has dado cuenta de que todos se ríen en la oficina cuando el jefe se ríe. En tales casos, la risa se convierte en una forma de ejercer el poder mediante el control del clima emocional del grupo. Por eso la risa, al igual que gran parte del comportamiento humano, debe haber evolucionado para cambiar la conducta de los demás. Por ejemplo, en una situación embarazosa o amenazante, la risa puede servir como un gesto conciliador o como una manera de desviar la ira.
Son pocas las personas que están estudiando la risa como un comportamiento natural y básico. Esos pocos creen que la risa, como el canto de un pajaro, funciona como una especie de señal social. Otros estudios han confirmado esto. Al parecer las personas son 30 veces más propensos a reírse en situaciones sociales que cuando están solos y sin estímulos pseudo-sociales como la televisión o el internet. Incluso el óxido nitroso, o gas de la risa, pierde gran parte de su fuerza cuando se toma en soledad.