No importa lo organizado o preparado que estés, la vida es es imprevisible y nunca se sabe muy bien lo que sucederá.
Generalmente cuando tratamos de controlarlo todo se generan grandes decepciones, y rechazamos la ayuda que los demás pueden brindarnos. Al aferrarnos a ese control, perdemos de vista lo mas importante que es disfrutar lo que tenemos en ese momento y el momento mismo, el cual nunca se repetirá.
Trata, en la medida de lo posible y poco a poco, que las cosas sigan su propio cause. No dejes de luchar por lo que quieres, pero no te aferres a que algo sea exactamente como tu quieres; Dejar que te ayuden. Cuando dejas que fluyan las cosas, se abren nuevas posibilidades.