En una serie de estudios publicados en una revista médica, los investigadores afirmaron que en menos de una generación, las tasas de obesidad infantil han aumentado dramáticamente en todo el mundo, sin embargo, pocos países han adoptado medidas reglamentarias para proteger a los niños. Tampoco se han implementado políticas para el impulso de alimentos saludables.
Nuestra comprensión de la obesidad debe ser completamente reformulada si queremos detener y revertir la epidemia de la obesidad global, ha declarado uno de los investigadores que ha participado en dicha investigación. Por un lado, se debe reconocer que tenemos alguna responsabilidad por nuestra salud, sin embargo también no hay que perder de vista que los ambientes alimentarios de hoy en día explotan las vulnerabilidades biológicas, psicológicas, sociales y económicas de las personas, facilitándoles comer alimentos poco saludables.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 39 por ciento de los adultos en todo el mundo tenían sobrepeso en 2014 y el 13 por ciento eran obesos. Alrededor de 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso u obesidad en 2013. La industria alimentaria tiene un interés especial en los niños, ya que la exposición repetida a los alimentos procesados y las bebidas endulzadas en la infancia genera preferencias gustativas, fidelidad a la marca y altos beneficios.
Los niños gordos son una inversión en ventas a futuro. En 2015 el mercado mundial de alimentos infantiles procesados se estimó en 19.000 millones de dólares, frente a los 13.700 millones de dólares en 2007.
Los investigadores pidieron una supervisión y una regulación más estricta al suministro de alimentos, incluido un código internacional de comercialización para proteger la salud de los niños. Además propusieron regular la calidad nutricional de los alimentos en las escuelas, Impuestos sobre productos poco saludables y subsidios para alimentos saludables para las familias más pobres.