Pero ¿cómo manejar la situación sin exacerbar el problema? Hay algunas maneras simples que podemos practicar para auto regular nuestros niveles de estrés. Aquí te contamos cuales son.
Presta atención a tu respiración
Muchos de nosotros no optimizamos nuestra respiración, sobre todo cuando estamos abrumados. A pesar de que es una de las cosas más simples que podemos hacer, muy poca gente lo practica. Cuando estamos ansiosos, naturalmente intentamos respirar más, como parte de una respuesta al estrés. Si está sintiendo que los niveles de tensión suben en tu cuerpo, trata de calmarte regulando la respiración. Para hacerlo, se sugiere colocar la mano sobre el ombligo y centrarse en el movimiento de sube y baja.
Contactar con alguien que amas
Este método te ayuda a eliminar tensión del pecho y a respirar de una manera mas pausada. Para la mayoría de nosotros una respiración rápida y superficial es una reacción automática y olvidamos que nos encontramos atrapados en un ciclo crónico de estrés físico.
Cuando estamos con alguien de nuestra confianza y que amamos, recibimos estímulos como una palmada tranquilizadora de un amigo o un cálido abrazo de un compañero amoroso. El punto de este método se basa en crear un vínculo social para ayudarte a manejar tus emociones olvidando los problemas. Todo esto estimula la oxitocina química, la cual ayuda a que tu sistema inmunológico funcione mejor, la adrenalina en el torrente disminuye y se libera el estrés.
Mueve tu cuerpo
Piensa en la última vez que sentiste mucho estrés. Si puedes recordar bien el momento, ¿no es verdad que se siente una gran necesidad de ponerse en movimiento? Queremos sentir que estamos haciendo algo, y es que a través del ejercicio somos capaces de sacudirnos los químicos relacionados con el estrés en el cuerpo.
Si vas al gimnasio y haces ejercicio, o incluso golpeas una bolsa de boxeo, usas los recursos primarios y de supervivencia del cuerpo que fueron hechos específicamente para ese fin: lidiar con el peligro. Al ceder a ese impulso natural dejas salir el vapor de la olla. De hecho hasta un simple puede ayudarte.
Encuentra tu centro
Nuestra señal de advertencia más importante y llamativa cuando se trata del estrés es nuestra respuesta física, pero no siempre escuchamos a nuestro cuerpo. Es muy buena idea aprender a centrarnos y a escuchar a nuestro cuerpo en lugar de simplemente reaccionar.
Al escuchar lo que nuestros cuerpos y mentes no dicen, es decir cuando aprendemos, por ejemplo en el caso del estrés, a observar nuestros pensamientos y a sentir nuestras palmas sudan, estaremos a un paso de encontrar el equilibrio. Lo complicado en la vida moderna es que estamos constantemente expuestos a cosas potencialmente estrezantes. Estamos constantemente siendo estimulados, y si eso es todo lo que hacemos, agotar nuestras respuestas de estrés. Es importante construir en tu vida un tiempo tranquilo y un tiempo de relajación.