Los hallazgos, publicados en una revista, muestran que los abuelos que cuidan a sus nietos, así como a las personas mayores dentro de su círculo social, disfrutan de una vida significativamente más larga.
Utilizando datos de otro estudio realizado en Berlín, los investigadores analizaron la longevidad y hábitos de más de 500 personas entre edades de 70 y 103. El estudio no se enfocó a los servidores sociales, sino en personas de la tercera edad que cuidaban ocasionalmente a sus nietos o a personas de su círculo social. Aquellos sujetos que no ayudaban a los demás fueron significativamente más propensos a morir en cinco años del período inicial de prueba.
Este efecto también se extendió más allá de los lazos familiares. Los adultos mayores sin hijos que proporcionaban apoyo emocional a otros dentro de su entorno social vivían por un período adicional de siete años en promedio, mientras que aquellos sin hijos que no dieron ayudar o apoyaron a otros vivieron sólo cuatro años extra en promedio. Pero es importante señalar que demasiada atención a menudo tiene el efecto contrario. Existe un vínculo claro entre la atención excesiva y una serie de consecuencias negativas para la salud física y mental, a menudo resultantes de altos niveles de estrés crónico.
Ayudar no debe ser mal interpretado como una receta para una vida más larga. Un nivel moderado de participación en el cuidado parece tener efectos positivos sobre la salud, pero una participación más intensa provoca estrés, lo cual tiene efectos negativos en la salud física y mental. Aunque el nuevo estudio sólo se enfocó en adultos mayores, es seguro asumir que los beneficios para la salud de ayudar y cuidar a otros se extienden a aquellos de todas las edades.
Puede haber una explicación evolutiva de por qué somos recompensados ??por apoyar a otros, tanto dentro de nuestra propia familia como en la comunidad. Parece plausible que el desarrollo de la conducta pro social de los padres y abuelos hacia sus parientes dejó una huella en nuestra genética, que posteriormente sentó las bases para la cooperación y el comportamiento altruista hacia los que nos son parientes. Para ser bueno contigo mismo y con tu propia salud, trata de ser bueno con los demás.