Un estudio llevado a cabo recientemente ha concluido que las personas mayores que consumen más cantidad de pescado, como el atún, que otras, desarrollan un menor riesgo de sufrir infartos.
Sin embargo, también se observó que la frecuencia con la que se presentaba este padecimiento, variaba si el alimento se consumía frito o no. Los individuos que consumían de 1 a 4 veces a la semana atún y pescado sin estar frito, disminuían el riesgo de sufrir un infarto hasta en 27 por ciento y aquellos que lo hacían en más seguido, por lo menos 5 veces a la semana, disminuían dicho riesgo hasta en 30 por ciento.
Por otro lado, los individuos que consumían pescado frito, no parecían obtener ningún beneficio al hacerlo. De hecho el riesgo de infarto, al consumirlo más de una vez por semana, cocinado de esa manera, pareció incrementarse hasta 44 por ciento.