Pero, ¿hay realmente relación entre el consumo de este aceite y la baja taza de personas con cáncer? Un equipo de investigadores danés del hospital de la universidad de Copenhague condujo una investigación para dar un poco de luz a este asunto.
El estudio observó a 182 individuos del sexo masculino de entre veinte y sesenta años de edad provenientes de cinco diferentes países europeos. Durante dicho estudio, los investigadores agregaron aceite de oliva a la dieta diaria de los individuos por dos semanas. El propósito era monitorearlos en busca de alguna señal de aumento en la producción de una sustancia conocida como 8oxodG, la cual se relaciona con el daño celular que se produce como resultado de la oxidación.
Al término de las dos semanas, los individuos presentaron una disminución hasta del trece por ciento de 8oxodG en la orina, lo cual sugiere que el uso del aceite de oliva en nuestra dieta diaria, tiene un gran potencial en la disminución del daño que se produce al ADN, el cual lleva inevitablemente a desarrollar cáncer.