En esa etapa de nuestra vida el horario para dormir puede cambiar y no sabemos por qué. Y es totalmente comprensible, ya que cuando somos jóvenes la posibilidad de enfermar o caer en un trastorno debido a los hábitos del sueño es una posibilidad que ni siquiera pasa por la mente.
Como adulto la vida obliga a las personas a llevar un hábito de sueño mucho más regular, pero hay muchas personas que al irse a la cama de forma regular temprano descubren que no pueden dormir las 7 u 8 horas recomendadas por los expertos. Esto, no es en todos los casos una cuestión que deba preocuparnos ya que todos los cuerpos son diferentes y tienen distintas necesidades. Y aunque es verdad que el rango de las 8 horas es lo ideal, hay personas que duermen menos, en algunos casos hasta solamente 4 horas, pero duermen siestas en el día y de esa forma recuperan el sueño perdido en la noche.
Últimamente se ha hecho muy viral una modalidad de sueño diferente a la tradicional: el sueño polifásico, el cual consiste en fragmentar las horas de sueño y minimizar el tiempo al máximo. Esta técnica se basa en el hecho de que solamente descansamos realmente durante 2 horas en toda la noche. Estas horas son las que comprenden la fase del sueño llamada REM por sus siglas en inglés (Rapid Eye Movement). Pero entonces ¿qué hacemos el resto de la noche? De acuerdo a esta nueva corriente, nada. No descansamos realmente en las fases de sueño ligero.
Es así como esta técnica intenta acostarse los suficientemente cansado o acostumbrar a nuestro cuerpo a dormir y entrar directamente al sueño REM, para después de haber terminado levantarnos y empezar un nuevo día. Durante el día además se duermen pequeñas siestas de 20 minutos para compensar la falta de sueño.
Aunque la técnica puede ser muy tentadora para algunos, pues se obtienen más horas de un solo día, es importante saber que no funciona para todas las personas y es siempre buena idea consultar a profesional antes de iniciarnos en una práctica que puede trastornar nuestra estabilidad.