Al comer una gran cantidad de comida preparada de esta forma, el riesgo de cáncer de páncreas aumenta. Y no solo eso, de hecho, algunos estudios apuntan a un mayor riesgo de cáncer de estómago y recto. Resulta que los carcinógenos potencialmente dañinos se adhieren a la proteína animal carbonizada cuando la grasa gotea y aviva las llamas. De hecho, son carcinógenos muy parecidos a los que se encuentran en el escape de los carros y en el humo del cigarro.
Otras toxinas que se producen al azar tanto carne de res como de aves o de pescados provienen de la cocción a alta temperatura de aminoácidos y azúcares. De hecho, si al hacerlo agregas alguna salsa durante el proceso como bbq, lo empeoras aún más. Como es más que obvio que no dejaremos de comer nuestro platillo favorito, sí podemos hacer algo para no consumir tantas toxinas al hacerlo. Aquí te damos algunos consejos.
El primero es marinar lo que vayas a asar. Esta es una de las mejores soluciones ante este problema. Si lo haces durante 30 minutos antes de asar, reduces los elementos que perjudican en más del 90%. Intenta usar una combinación de aceites saludables y cítricos, como por ejemplo un salmón marinado en una mezcla de limón, aceite de oliva y hierbas frescas.
Otra opción puede ser pre cocinar en un horno y terminarlo en el asador. Esto reduciría el tiempo que pasa asándose en un 75% reduciendo así la carbonización. Una vez hecho esto también es buena idea cortar los trozos negros antes de servir.
Nuestro último consejo es limpiar bien la parrilla antes de usarla para eliminar todos los residuos dañinos que puedan haberse quedado. Una vez ya puesto el carbón intenta mantener la llama no muy viva para que no se produzca la carbonización.