De hecho, si queremos ir un poco más lejos, ¡Hemos visto hasta a Santa haciéndolo! La lista es interminable y, de hecho, obviamente este no es el propósito de este tema, si no mostrarte lo perjudicial que puede ser para tu salud tomar este tipo de bebidas sin medida.
Y es que un estudio realizado por investigadores de Japón, Finlandia, el Reino Unido y los Estados Unidos ha demostrado recientemente que incluso si una persona tiene un peso saludable, tomar refrescos azucarados, así como refrescos de dieta o cualquier otra bebida comercial que contenga ingentes cantidades de azúcares refinados, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Parece que, en nuestros días, tomar un bote de estos refrescos cargados de azúcar o peor aún incluirlas a nuestra dieta habitual aumenta el riesgo en un 18 por ciento en las personas con sobrepeso y en un 13 por ciento en las personas con peso normal de contraer dicha enfermedad. Y aunque lo que esto siguiente no tiene bases tan sólidas, los investigadores creen que, incluso si tienes un peso normal, una lata de refresco de dieta al día aumentaría tu riesgo de diabetes tipo 2 en un 8 por ciento.
En otro estudio realizado en Estados Unidos, se encontró que de los casi 21 millones de casos de diabetes que se desarrollarán en ese país en los próximos 10 años, 1,8 millones se atribuirán directamente al consumo de bebidas azucaradas.
Además, otro estudio revela que la ingesta de azúcar también está relacionada con un desarrollo más acelerado de diabetes tipo 1. Es por eso que si tienes ganas de tomar algo por placer o para calmar la sed, es mucho más recomendable comer una naranja o una sandía, tomar té o café sin mucho o nada de azúcar y obviamente tomar agua simple y corriente.