De hecho, hoy en día, las principales compañías químicas y farmacéuticas recolectan grandes cantidades de plantas y semillas raras para extraer las sustancias valiosas.
Sin embargo, los métodos de producción basados en extractos de recursos naturales son dañinos para el medio ambiente y, a menudo, dan lugar a grandes pilas de desechos químicos. Además, existe un gran peligro de que estas plantas raras se extingan. La necesidad de encontrar métodos de producción nuevos y más sostenibles para este tipo de medicamentos ha crecido desde que la ONU recientemente adoptó nuevas regulaciones para proteger la biodiversidad y las materias primas en países del tercer mundo.
El objetivo de un nuevo proyecto, que se dirige en esta dirección, es proporcionar a la industria farmacéutica una ruta de producción alternativa utilizando la división celular de la levadura común de panadería. Para empezar, los investigadores quieren mapear las llamadas vías biosintéticas de la rara planta Rauwolfia serpentina.
Gracias a la medicina tradicional china, se sabe que la Rauwolfia producen moléculas con efecto anticancerígeno. Sin embargo, aún es imposible técnicamente manipular los genes de la planta para que produzca las enzimas y posteriormente biomoléculas y necesarias. Si se logra esto, se pretende mover los genes a la levadura para que este actúe como fábricas de células biológicas capaces de producir grandes cantidades de estas sustancias terapéuticas específicas.
Durante los últimos 30 años, las sustancias bioactivas de las compañías se han ido agotando gradualmente, y la industria ahora tiene una gran necesidad de nuevos medicamentos contra enfermedades nuevas y existentes. Por lo tanto, también existe la necesidad de descubrir nuevas moléculas naturales con actividad contra algunas de las principales enfermedades como el cáncer y las enfermedades mentales.