Sin embargo, comer alimentos procesados y algunos medicamentos pueden disminuir el nivel del mineral preciado en el cuerpo. Además, el consumo de alcohol puede cuadruplicar su excreción.
No obstante, la pérdida o bajos niveles de magnesio no siempre están relacionados con lo que consumimos, para algunas personas también puede haber una causa genética cuando se encuentra una deficiencia de magnesio. Cualquiera que sea la razón, la falta de magnesio puede contribuir a la fatiga, debilidad muscular, calambres, huesos debilitados, trastornos del ritmo cardíaco y convulsiones. Además, esta deficiencia suele estar asociada a la diabetes y a la presión arterial alta.
Es sumamente importante asegurarse que se satisfacen los requerimientos diarios del dicho mineral para evitar problemas de salud en el futuro. Si lo hacemos garantizamos una protección leve contra la presión arterial alta y aumentamos la capacidad mental.
De hecho, un nuevo estudio ha encontrado que una disminución de 100 miligramos al día en el consumo de magnesio de una persona común puede aumentar en 24 por ciento la aparición de cáncer de páncreas. La ingesta diaria promedio de adultos en la actualidad no es suficiente ya que oscila entre los 100 y 125 mg.
Si pretendes aumentar su consumo, asegúrate de comer regularmente frijoles, trigo sarraceno, quinoa, arroz integral, semillas de calabaza, sésamo, girasol, col rizada, coles en general, espinacas, nueces, almendras, anacardos y salmón. Un buen objetivo es consumir entre 310-360mg de magnesio diariamente de alimentos y en caso de ser difícil se puede ayudar a subir la dosis con suplementos, aunque siempre es mucho más recomendable hacerlo naturalmente.