El argumento era que una capa delgada de tierra protegía a una persona de los elementos dañinos que había en el aire los cuales podían penetrar la piel y causar enfermedades. Los tomates, fueron en su momento también causa de controversia y fueron considerados tóxicos por los europeos durante casi 200 años. Ya más recientemente, para ser exactos en 2015, la FDA, por sus siglas en inglés la Administración de Alimentos y Medicamentos, aseguró que las almendras, los aguacates y el salmón no son saludables.
Es así entonces que los estándares que utiliza la FDA para evaluar si un alimento es saludable o no, son tristemente engañosos. Por ejemplo, algunos alimentos chatarra, que contienen poca grasa se ajustan a la definición saludable ya que los estándares no consideran el contenido de azúcar o cómo se procesa un alimento. Pero, ¿cómo rayos se llegó a la loquísima conclusión de que el salmón, aguacate y almendras no son saludables? Pues ya nos podemos imaginar que es porque tienen más grasa promedio de lo que los estándares de la FDA dicen que es bueno para la salud. Esto obviamente contradice los últimos estudios sobre colesterol y grasa, que nos advierten de la existencia de grasa buena y grasa mala. Pues bien, la FDA no considera importante que la grasa que contienen estos alimentos es muy buena para la salud. Y es que sabemos de sobra ya, que la grasa en las almendras, los aguacates o el salmón no es un problema para la salud, ya que proporcionan grasas súper saludables como omega-3 ALA y DHA amén de la gran variedad de nutrientes.
La FDA dice que quiere mejorar los estándares, pero por lo pronto, si se buscan alimentos saludables para consumir regularmente, no es buena idea confiar en los empaques que califican a los productos como saludables o no saludable. En su lugar de eso, habría que abogar por el buen juicio y elegir alimentos envasados sin azúcares o jarabes agregados, granos enteros, obviamente consumir pequeñas cantidades de grasas dañinas. Hay que tener mucho cuidado con los alimentos bajos en grasa, endulzados con azúcares o jarabes, ya que son malos para el corazón, el cerebro y el metabolismo.