En caso de una desgracia, como podemos imaginarnos, sería mucho más difícil rescatarlos si están en las profundidades que si están cerca de la superficie. Esta analogía nos permite entender un poco mejor la trombosis venosa profunda (TVP). Para aquellos con un coágulo de sangre en una zona accesible, la situación es potencialmente menos peligrosa que para aquel que lo tenga en una vena la pierna poco accesible. El coágulo puede viajar desde esas venas profundas a través del corazón para alojarse en sus pulmones, donde causa la muerte súbita en aproximadamente el 25 por ciento de las veces.
Hace cinco años, el Instituto de Salud de los Estados Unidos aseguró que la TVP afectaba de entre 300,000 a 600,000 personas por año en ese país. Hoy en día, se cree que esta cifra puede ser más alta, llegando a los 900,000.
Los mayores factores de riesgo que pueden generar una TVP incluyen un cuadro similar anterior, obesidad, en cual caso perder peso eliminando los azúcares y jarabes endulzantes, alimentos procesados, grasas trans y grasas saturadas de la dieta, sedentarismo para lo cual lo mejor es pararse con frecuencia y caminar lo más posible, y haberse sometido a una cirugía. En este último es recomendable masajes después de haberse efectuado la operación.
Los síntomas más obvios de una TVP son hinchazón y decoloración púrpura - rojiza en una extremidad inferior. Si se sospecha que puede haber presencia de un coágulo, se pueden realizar exámenes de detección con ecografía, venografía y resonancia magnética. Si un médico encuentra una TVP, el tratamiento suele ser un tratamiento anticoagulante.