Un estudio reciente realizado en China que observó los hábitos de sueño a través de exámenes físicos y de reportes regulares de alrededor de 30 mil individuos con una edad promedio de 62 años, encontró que dormir más de nueve horas aumenta hasta en un 23 por ciento el riesgo relativo de sufrir de ataque cardiaco comparado con aquellos que solo lo hacen por 7 u 8 horas.
Entre otras cuestiones, se encontró también que el dormir siestas prolongadas de más de 90 minutos diarios incrementaba ese mismo riesgo hasta en un 25 por ciento comparado con aquellos que solo lo hacían por 30 minutos o menos. Sin embargo, aquellos quienes dormían más de 90 minutos y además dormían largas siestas tenían un 85 por ciento más de sufrir un ataque al corazón.
La relación que se consiguió en el estudio no está muy clara todavía, sin embargo, se deduce que las causas pueden estar relacionadas con cuestiones como la inflamación que se genera al dormir o el incremento de peso.
La investigación incluyó en la intervención varios factores como el hábito de fumar, beber, hacer ejercicio o el historial de enfermedades cardiacas en la familia, el índice de masa corporal, entre otros.
No es el primer estudio que demuestra un posible vínculo entre la forma en que administramos el sueño, así que independientemente de los resultados de esta, pasadas o futuras investigaciones, parece claro que mantener una disciplina a la hora de dormir favorece nuestra salud.