La exposición prolongada a este tipo de aire insalubre se ha asociado ya en estudios anteriores a puntuaciones bajas en pruebas de agudeza mental. Una de las razones que se ha encontrado es que probablemente estas partículas afectan nuestra memoria de una manera muy similar a enfermedades neurodegenerativas.
En un estudio realizado recientemente a un millar de mujeres de avanzada edad y saludables mentalmente se proporcionaban actividades de aprendizaje. Después se utilizaban imágenes de resonancia magnética con el fin de detectar atrofia o desgaste cerebral. A los resultados de los tests se agregaron datos como una comparativa de personas que padecían Alzheimer y los niveles de contaminación del área donde vivían.
Después de un seguimiento de alrededor de 10 años se concluyó que a medida que aumentaba la exposición a partículas en suspensión de menos de 2,5 micras, las cuales penetran fácilmente en nuestros pulmones y llegan hasta el torrente sanguíneo, disminuía la capacidad cognitiva.
Hoy en día se conocen bien el impacto que tiene en nuestro sistema respiratorio la contaminación en el aire, sin embargo, los investigadores participantes en este estudio, hacen hincapié en que estos nuevos hallazgos deben ser tomados en cuenta y que debemos ser conscientes de otros posibles daños que esto puede estar causando.