Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos y publicada en una prestigiosa revista de Otorrinolaringología, analizó dos grupos. Uno de 85 pacientes tratados con pastillas y el otro de cien personas que llevaban una dieta alcalina, baja en carne y lácteos y rica en aceite de oliva, legumbres, frutas y verduras.
El 54 por ciento del grupo que seguía el tratamiento convencional con drogas logró una mejora del 13 por ciento y aquellos que buscaban la mejora a través de la dieta también. Sin embargo, en este último caso la cantidad de personas que lo lograron alcanzó el 63 por ciento.
Los investigadores comentan que siempre es buena idea buscar la causa que pueden causar una enfermedad y atacarla por ese lado antes de llenarnos de pastillas, ya que estas siempre tienen efectos secundarios.