Este hallazgo fue publicado en una revista médica europea y hecho gracias a dos estudios estadísticos de largo plazo, uno llevado a cabo con un universo de alrededor de 5 mil personas y el otro con un poco más de mil.

A lo largo de las observaciones se notó una relación entre la ingesta de fibra y la disminución de la artritis. Específicamente, dentro del grupo más numeroso de individuos quienes consumían más fibra tenían un 30 por ciento menos de probabilidades de desarrollar artritis de rodilla en comparación con quienes lo hacían en menor medida. Por otro lado, en el grupo más reducido, la misma probabilidad llegaba hasta el 60 por ciento.

Al ver este tipo de resultados, los investigadores aislaron las variables que pudieran haber contaminado los datos como la edad, el sexo, la raza, el nivel de educación, hábitos no saludables, la cantidad de actividad física y el número de calorías y grasas ingeridas diariamente, sin embargo, los resultados permanecieron no verse afectados significativamente.

Hasta el momento la razón que lleva a esta mejora no está muy clara, sin embargo, se sabe gracias a estudios anteriores que la fibra reduce la inflamación y reduce el peso, cuestiones que pudieran ayudar a mejorar el estado general de los huesos.

En general los científicos involucrados en estas observaciones recomiendan el consumo de fibra como una manera de prevenir no solamente esta enfermedad, sino muchas otras como la obesidad, diabetes, entre muchas otras.