En dicho estudio, llevado a cabo a gran escala y publicado en una revista de ciencia y medicina, se analizó la información que dieron casi 4 mil individuos mayores de 50 años al ser cuestionados sobre sus hábitos de lectura.
Una vez reunidos los datos, los investigadores asignaron a quienes no leían a un primer grupo, a aquellos que leían por lo menos tres horas y media a la semana a un segundo y a quienes leían más de tres horas y media a la semana a un tercero.
Después de un análisis riguroso, se concluyó que aquellas personas que leían por lo menos tres horas y media por semana tenían 15 por ciento menos de probabilidad de morir durante el seguimiento a comparación de quienes no lo hacían y en aquellos que leían más de esa cantidad, la probabilidad alcanzaba el 25 por ciento.
En general se observó que la diferencia de vida entre quienes leían y quienes no era casi de 2 años más. Además, este mismo efecto positivo se encontró en menor medida en los individuos que leían periódicos y revistas de publicación semanal.
Los investigadores comentan que las razones están todavía por comprobarse, sin embargo, continúa, pueden estar relacionadas con que la lectura promueve cuestiones como la empatía, la inteligencia emocional y la percepción social, lo cual puede llevar a una vida más plena.