Los científicos participantes en la investigación canadiense analizaron los datos de siete estudios que implicaban tanto a individuos con historial de intervenciones quirúrgicas en las rodillas como a sujetos que se habían decantado por opciones alternativas o no invasivas.
Los resultados de la observación arrojaron que la cirugía había tenía tenido un impacto muy positivo en el funcionamiento y la sensación de dolor de las articulaciones, sin embargo, a largo plazo los efectos mostraron una disminución tal que no se podía hacer ninguna diferenciación con aquellas personas que no se habían practicado la intervención.
Los expertos aseguran que hay casos en los que la cirugía es absolutamente necesaria, sin embargo, en casos en los que el dolor o la funcionalidad es producto de una rotura menor de menisco, lo mejor podría ser atacar el problema con otros métodos.