En dicha pesquisa, realizada en los Estados Unidos, se analizaron los resultados de pruebas de agudeza mental hechas a adultos mayores. Además, en busca de evidencia, se hicieron también exámenes de sangre para detectar si los individuos habían estado expuestos a algún tipo de infección graves de bacterias o virus.
La valoración de los datos que arrojó la sangre, sugería un vínculo entre un peor desempeño en cognitivo y el rastro de infecciones graves. Asimismo, el nexo parecía fortalecerse cuando había además factores específicos como una preparatoria trunca, o inactividad física.
Los investigadores afirman que se deben hacer más estudios para conocer cómo es que se produce esta relación, sin embargo, teorizan, que puede deberse a la inflación producida por la infección, la cual a su vez puede llevar al endurecimiento de las arterias, una condición que se sabe, conduce a la demencia.
Los expertos participantes en el estudio aseguran estar motivados por seguir obteniendo información de este tipo de casos, ya que afirman que de hacerlo podrían contribuir al conocimiento de relaciones que antes parecían inexistentes.