La revisión se basó en ensayos que utilizaban un placebo y una sustancia azucarada para confortar a los bebes que se habían sometido a inyecciones. El grupo de control lloraba más después de la punción en comparación a los que recibían el dulce aliciente.
Aunque los resultados parecían sólidos, fue difícil la integración de todos los datos, debido a que cada estudio diferenciaba los grupos con distintas sustancias. Algunos usaban placebos, otros, sustancias azucaradas alternativas, simples distracciones o anestesia.
Aun así, los expertos aseguran que el dulce tiene un efecto que lleva a disminuir el llanto en los infantes, aunque no se puedo asegurar cual es la cantidad recomendada ni el tipo de azúcar que mejor funcionó. De hecho, los datos que compararon la sustancia con la anestesia no mostraron ninguna diferencia.
Lo que sí se puede asegurar es que esta es una forma segura de apoyar a los pequeños que enfrentan estas situaciones. Las razones por las que funciona son todavía desconocidas, sin embargo, se cree que se debe a sustancias que segrega el cuerpo de forma natural como respuesta a la ingesta del azúcar, lo cual hace sentir al cuerpo cómodo.