Independientemente de lo que hayamos oído, esta secreción nutritiva es una fuente importante de vitamina D, sin embargo, su consumo y en general de lácteos puede impedir la absorción de hierro. Y aunque los expertos en el tema no han llegado a un consenso, un promedio de 450 ml es generalmente recomendado.
Con el fin de encontrar una respuesta más clara con respecto a este asunto, un estudio llevado a cabo en Canadá, reunió información sobre la actividad física y la dieta de un grupo de más de un millar de infantes, además de analizar su sangre para verificar la concentración de vitamina D y hierro.
Es así que a través de la observación de los datos que esta investigación llego a la conclusión que aproximadamente dos tazas es una medida óptima no perder hierro en el caso de los infantes. Sin embargo, los resultados de la pesquisa también sugerían que era importante tener en cuenta otros factores al recomendar una cantidad del alimento como la época del año, la pigmentación de la piel o el índice de masa corporal.
Los expertos sugieren que, debido a la cantidad tan grande de variables en el tema, la cantidad no se puede generalizar tan fácilmente y que, en caso de querer el valor para un caso determinado, sería importante apoyarse en la opinión de una persona cualificada.