Se llegó a esta conclusión gracias a un estudio realizado a más de diez mil niños de primaria, en el cual se llenaban datos sobre lo que hacían mientras veían la televisión. Entre otras cosas se les preguntó sobre si comían algo mientras veían la tele, que tan seguido consumían frutas y vegetales, dulces o soda.
Algunas variables en la investigación, como la edad y el sexo, arrojaron resultados muy curiosos. Por ejemplo, las niñas parecían tener menos interés en la actividad y quienes tenían más edad tendían a comer más comida chatarra. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que el tiempo que se pasaba frente al televisor estaba íntimamente relacionado con un menor consumo de frutas y verduras y un mayor consumo de alimentos no saludables.
Las razones detrás de la obtención de estos datos no están todavía claras, sin embargo, los científicos se aventuran a teorizan que una posible causa puede radicar en la publicidad, la cual impulsa e influencia la toma de decisiones en los niños aun cuando no la ven.
Los expertos aseguran que una forma de ayudar a que este proceso no se convierta en un problema es a través de la limitación de esta actividad y proporcionarles en la medida de lo posible refrigerios naturales para generar una costumbre en ellos.