En otras palabras, el estrés hace que sea más difícil para tu piel regularse y mantenerse en equilibrio. No es de extrañar que tengas un brote de urticaria durante una semana de insomnio o después de una intensa discusión.
La inflamación también puede causar acné, pero es importante considerar que algunas enfermedades de la piel como la rosácea pueden diagnosticarse erróneamente como acné. Es por eso que es imperativo notar la diferencia antes de tratar las afecciones, incluyendo si la irritación es o no el resultado de estrés, de alergias o del uso de un producto de baja calidad.
La lucha contra la inflamación y enfermedades cutáneas por estrés comienza con la eliminación de la causa, es por eso que es conveniente descubrir la razón exacta del estrés y atacar el problema de raíz. Y aunque esto último puede llevarnos tiempo o ser difícil, hay formas de lograrlo a través de dieta, ejercicio o terapia.