Lo mismo ocurre con el escenario opuesto; la soledad puede hacerte más propenso a la enfermedad. Según otro estudio similar, los estudiantes universitarios solitarios de primer año tienen una respuesta inmunológica más débil a la vacuna contra la gripe. Este estado de solitud puede ser realmente malo cuando se trata de evitar los virus. Por supuesto, hay otros factores en juego. El hecho de que te sientas solo no significa que tu sistema inmunológico está condenado, pero sí demuestra que una sensación crónica de soledad puede afectar la inmunidad de alguna manera.
De hecho, al interaccionar socialmente intercambiamos microbios intestinales con las personas. Según el científico, compartimos microbios con aquellos con los que interactuamos, ¡incluso con las mascotas de la familia! El contacto social puede diversificar tu microbioma y, como ya sabrás, un microbioma diverso es un microbioma más saludable, que también va de la mano con la inmunidad. Por supuesto, se necesita mucha más investigación antes de poder afirmarlo con seguridad, pero parece prometedor.