La ira es quizás la única emoción negativa que se siente bien en el momento. Mientras que la ansiedad, la vergüenza y la tristeza pueden, en última instancia, tener sus beneficios a largo plazo, no necesariamente son muy cómodas. Sin embargo, la ira es diferente. Neurológicamente, se asocia con aumentos de dopamina y norepinefrina, sistemas químicos que hacen sentir bien a nivel cerebral.
Puede enfocarnos en el problema y movilizarnos para enfrentarlo. Además, es increíblemente energizante tanto para uno mismo como para los demás. Piénsalo: La ira colectiva encabeza movimientos enteros, y también es un paso importante para tratar con el trauma y la pena interior. Para los psicólogos, una buena forma de ayudar a las personas que están deprimidas o ansiosas es fomentar la ira. ¿El resultado final? Se fomenta la acción en lugar de provocar una respuesta de huida o inmovilidad.
Además de lo anterior, tiene un gran impacto en las personas. Es decir, la gente a menudo escucha a quien está enojado. Aunque podemos empatizar con quienes están tristes, preocupados o solos, tan pronto como alguien se enfada, le ponemos más atención.
Así que aquí lo tienes. Si recordamos que el exceso de esta emoción puede ser dañino para nuestra salud, la de los demás y en general para nuestra vida social, puedes intentar sacar algo bueno cuando no la podemos evitar.