Los investigadores llegaron a esta conclusión tras realizar un seguimiento de más de 1,500 adultos mayores sin demencia durante un periodo de 21 años. Al comienzo del ensayo, calcularon su probabilidad de sufrir un ataque al corazón en un plazo de 10 años en función de factores como la edad, el colesterol y la presión arterial. Después, calcularon la cognición de cada participante, mediante pruebas de memoria y velocidad de procesamiento.
Al final del ensayo, compararon los resultados de estas dos pruebas y descubrieron que tener una mayor carga de riesgo cardiovascular se asociaba con un declive más rápido de la memoria episódica, la memoria de trabajo y la velocidad perceptiva. El riesgo cardiovascular también parecía estar relacionado con un hipocampo más pequeño y menos materia gris, ambos marcadores típicos del Alzheimer.
A falta de tratamientos eficaces para la demencia, sería importante vigilar y controlar la carga de riesgo cardiovascular como una forma de mantener la salud cognitiva de los pacientes a medida que envejecen. Dado el aumento progresivo del número de casos de demencia en todo el mundo, estos hallazgos tienen relevancia tanto clínica como de salud pública.
Y es que la demencia afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo, y aunque la genética influye en el riesgo de deterioro cognitivo, no es el único factor. La comunidad médica está cada vez más de acuerdo en que se puede reducir la probabilidad de desarrollar demencia cognitiva si se mantiene un estilo de vida saludable.
Esta nueva investigación sugiere que las prácticas que favorecen la salud del corazón, como hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta equilibrada, controlar el consumo de alcohol y no fumar, pueden muy bien ser beneficiosas para la salud del cerebro a medida que avanza la edad.