Hay hasta 40 síntomas que afectan a un paciente de Parkinson, desde temblores y problemas de movimiento hasta dolor general y ansiedad. Por el momento, ningún tratamiento ha podido frenar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, los investigadores de Parkinson del Reino Unido han dado un paso hacia un posible tratamiento. El estudio más reciente ha identificado un vínculo entre el microbioma intestinal y el desarrollo de dicha enfermedad.
Los investigadores realizaron pruebas con lombrices que habían sido modificadas genéticamente para producir alfa-sinucleína, una proteína que está relacionada con el desarrollo del Parkinson y desarrolla grumos tóxicos, que son los que causan la enfermedad. Dichos cúmulos pueden afectar a los sistemas motores, lo que provoca síntomas como parálisis, temblores y lentitud, todos ellos comunes en el Parkinson.
Los expertos alimentaron a estos gusanos con una variedad de probióticos de venta libre e identificaron que el más eficaz era el llamado Bacillus subtilis. El cual no sólo impidió una mayor acumulación de la proteína y de los grumos, sino que fue capaz de eliminar algunos de los que ya se habían creado y mostraron una mejor función motora, además de producir una nueva sustancia química que evitó su formación.
Este tipo de estudios que identifican las bacterias que son beneficiosas en el Parkinson tienen el potencial no sólo de mejorar los síntomas, sino que incluso podrían proteger a las personas de desarrollar la condición.
Después de confirmarlo aplicando el experimento a otros animales, como los ratones, los ensayos clínicos serán más fáciles de aprobar porque el probiótico que están probando ya está disponible comercialmente.
Cada estudio como éste proporciona más información a los investigadores y a los médicos, lo que a su vez les ayuda a comprender mejor la propia enfermedad. Con una mayor comprensión de esta, nos acercamos cada día más a una cura.