Una actitud pesimista, informan los investigadores, es un fuerte factor de riesgo de muerte por enfermedad coronaria. El estudio, publicado en una revista europea, evaluó el impacto de la actitud en el riesgo de padecer enfermedades cardíacas entre 2.267 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 52 y los 76 años.
Los participantes respondieron a seis afirmaciones como -todo me sale mal- calificándolas en una escala de cero a cuatro. También se registraron sus características de salud.
En los 11 años siguientes, 121 participantes murieron de enfermedad coronaria. Tras monitorear factores de riesgo como el tabaquismo y la diabetes, los investigadores observaron que los que se encontraban en la cuarta parte más alta de las puntuaciones de pesimismo tenían más del doble de probabilidades de morir de enfermedad cardíaca que los que se encontraban en la cuarta parte más baja.
Otro estudio a largo plazo, publicado en una revista estadounidense, mostró una relación no causal entre una perspectiva positiva y la longevidad. Este estudio contaba con 70.021 mujeres de una edad media de 70 años y descubrió que las que tenían una actitud más positiva sobre el futuro tenían menos probabilidades de morir en los próximos años.
De nuevo, los investigadores evaluaron los niveles de optimismo con un cuestionario que incluía afirmaciones como -en tiempos inciertos, suelo esperar lo mejor- u otras. A continuación, realizaron un seguimiento de las muertes de los participantes durante un periodo de seis años.
Tras monitorear factores como la raza, la edad y la educación, los investigadores descubrieron que las mujeres con las puntuaciones más altas de optimismo tenían un 29% menos de probabilidades de morir que las menos optimistas, lo que demuestra los beneficios a largo plazo del pensamiento positivo.