Una de las cosas más importantes es ser firme y amable a la vez. Hay que recordar que no se necesita que el interlocutor acepte la negativa. Sólo hay que decirlo y mantenerse.
Si se cree necesario, se pueden añadir frases como -entiendo que es difícil de aceptar- o -me gustaría que fuera de otra manera, pero- y en caso de que la persona sigue sin dar marcha atrás, se le puede hacer saber que está causando una situación incómoda. Hay que ser educado, pero claro con lo que sentimos.
Siempre cabe la posibilidad de que sin importar lo que hagamos, el interlocutor se quede enquistado en su posición. Si se algo así sucede, probablemente sea un buen momento para reevaluar la relación. ¿Vale la pena mantenerla?