Cuando las niñas se quedan al margen, se pierden algo más que el ejercicio. Todos los niños que practican deportes tienen menos probabilidades de desarrollar problemas de salud crónicos como obesidad y diabetes de tipo 2. Pero también pueden tener una ventaja en las perspectivas educativas y laborales, y estos efectos son especialmente profundos para las niñas.
Un estudio realizado en 2015 por una reconocida fundación descubrió que las atletas tienen más probabilidades de destacar en ciencias y matemáticas en la escuela secundaria que las no practican ningún deporte. Al jugar, también perfeccionan sus habilidades de colaboración, comunicación y liderazgo.
Todas estas características pueden conducir a mejores oportunidades educativas y profesionales. En una encuesta realizada en 2014 por una revista especializada en mujeres deportistas, el 74% de las 400 mujeres adultas participantes coincidieron en que la práctica de deportes juveniles puede ayudar a acelerar la carrera de una mujer; de hecho, el 61% dijo que contribuyó a su propio éxito profesional.
Así pues, si quieres que tus niñas tengan más posibilidades de llevar la voz cantante en el futuro, y que estén más sanas y seguras de sí mismas a cualquier edad, anímalas a incluir uno o dos deportes en su día a día.