Sin embargo, no está claro aún como pueden usarse estas “habilidades” en la vida real, y sobre todo, no hay evidencia de que jugar más sea mejor.

La investigación no pretende fomentar el uso de videojuegos, sin embargo han revelado efectos beneficiosos en la visión, la atención, la forma en que aprendemos y como integramos el aprendizaje. Estas actividades fomentan lo que se llama "aprendizaje perceptivo." Es un tipo de aprendizaje que ayuda a distinguir las pequeñas diferencias en las cosas. Como por ejemplo la diferencia entre el sabor de dos vinos.

En el estudio, los investigadores usaron sujetos de 22 años. Se entrenaron 26 jugadores durante 50 horas en videojuegos de acción y luego los compararon con otros sujetos que jugaban otro tipo de video juego que no involucra acción. Los que jugaron los videojuegos de acción mostraron una mejoría no sólo en sus habilidades motoras, sino también en su capacidad de aprendizaje.

¿Qué es lo que pasa?

Al parecer aprenden cómo aplicarse mejor en ciertos tipos de tareas. El cerebro se puede ajustar o afinar para el uso de ciertas habilidades. Este tipo de aprendizaje es importante en la vida diaria. Son habilidades que usamos al momento de buscar productos en un super o el tipo de destreza que necesita un radiólogo al trabajar o un atleta al ponerse en acción.

El estudio nos ayuda a comprender mejor cómo funciona el cerebro en ciertas áreas. Ayudará a los investigadores a entender si jugar videojuegos nos puede ayudar a desarrollar todo tipo de habilidades o solo algunas muy específicas. Probablemente se desarrollen algunas habilidades pero pueden empeorar otras.

En el futuro, se planea investigar que pasa en el cerebro cuando los videojuegos están moldeándolo. Los investigadores agregaron que sería muy interesante ver también los resultados de otras habilidades que puedan desarrollarse con otro tipo de videojuegos y en qué medida algunos ayudan más que otros.

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