Una vez bien lavadas las varas de apio procedemos a trocearlas. Es posible también dejar un poco de las hojas, aunque no muchas porque puede amargarse el jugo. Pasamos los trozos a la licuadora, exprimimos el limóm y agregamos un chorrito de agua. 100 ml. puede ser un buen punto de referencia, pero la cantidad de agua es al gusto. Cuando tengamos todo licuado pasaremos a colar para eliminar el bagazo.