Tuesta los chiles de árbol y guajillos en una sartén caliente durante unos minutos, hasta que estén ligeramente dorados y fragantes. Retira los tallos y semillas y colócalos en el vaso de una licuadora junto con los dientes de ajo pelados. Agrega el aceite, comino y orégano a la licuadora y mezcla todo hasta obtener una salsa espesa y homogénea.
Prueba la salsa y ajusta la sal si es necesario. Si la salsa es demasiado espesa, puedes agregar un poco más de aceite para diluirla. Transfiere la salsa a un frasco de vidrio limpio y hermético. Guárdala en el refrigerador por hasta un mes.