A pesar de que no hay duda de que necesitamos una mejor regulación de los posibles contaminantes que pueda haber en el agua, hay cosas que podemos hacer como individuos para mantenernos sanos, incluso más allá de comprar un buen filtro de agua. Resulta que lo que comemos y bebemos puede evitar en cierta medida los efectos negativos de ciertas sustancias químicas presentes en el agua del grifo.
Un nuevo estudio ha concluido que dos antioxidantes, la vitamina C y el galato de epigalocatequina, pueden reducir el daño causado por el cromo hexavalente, un contaminante que a menudo entra en el suministro de agua a través de los residuos industriales.
En la investigación se expusieron células humanas a una solución que contenía diferentes concentraciones de este contaminante y se observaron efectos tóxicos en las células en concentraciones de hasta 200 partes por billón. Pero esos efectos tóxicos podían bloquearse completamente añadiendo vitamina C a 10 partes por millón y esta también fue capaz de prevenir las mutaciones del ADN en las bacterias expuestas a la sustancia.
Podemos consumir frutas, verduras, cítricos, chile morrón y té verde para encontrar estos componentes que nos ayudan a bloquear los efectos negativos que hayan podido entrar en nuestro cuerpo. Y aunque todavía no está claro el grado de protección que se obtiene al aumentar su ingesta, no hay nada que perder, ya que se les asocia a muchos otros beneficios, desde el aumento de la inmunidad hasta la reducción del riesgo de cáncer.
Los investigadores dicen que añadir dichos antioxidantes directamente al suministro de agua podría contrarrestar los efectos tóxicos del cromo hexavalente. Hasta saber claramente, si vas a beber agua del grifo para café, o hacer alguna otra bebida, es recomendable filtrla o purificarla con productos especializados.