Niveles de estrógeno más altos, por ejemplo, ralentizan el proceso metabólico del alcohol. En el caso de las mujeres, esto significa que la tolerancia es generalmente más alta alrededor de la menstruación, cuando los niveles de estrógeno disminuyen, y más baja alrededor de la ovulación, cuando el estrógeno es alto. Sin embargo, otros factores pueden afectar a esta ecuación, como la hidratación general, por ejemplo, la cual puede bajar durante la menstruación, disminuyendo así la tolerancia.
En general, el consumo excesivo de alcohol aumenta la producción de estrógeno y disminuye la capacidad de metabolizarlo. Hay diferentes formas en las que se metaboliza el estrógeno, pero algunas de estas aumentan el riesgo de sufrir cáncer de mama. Esa puede ser una de las razones por las que hay una asociación entre el consumo regular de alcohol y esta afección.
Las personas con fibromas uterinos, endometriosis o síndrome premenstrual deberían ser especialmente cuidadosas y moderar el consumo de alcohol, según los expertos. Los síntomas del síndrome premenstrual, como la sensibilidad mamaria o los sudores nocturnos, son indicativos de un desequilibrio de estrógenos.
El alcohol también puede exacerbar los síntomas de la perimenopausia, en parte porque aumenta la noradrenalina, que contribuye a los sofocos. También puede reducir la testosterona al aumentar los niveles de la enzima que la descompone.