Replantea tu semana. Haz lo que tengas que hacer durante los días hábiles. Dedica algún tiempo que tengas por las tardes a pagar las facturas, a poner la lavadora, a limpiar el baño o la casa. Sea poco o mucho lo que hayas conseguido hacer, deja de trabajar después del viernes. A veces esto requiere ajustarse a nuevos estándares de exigencia y en caso de ser necesario estar bien con un poco de desorden.
Si tienes que ocuparte del trabajo acumulado o de algún proyecto del trabajo en un fin de semana, tomate tiempo para ti mismo. Una buena opción puede ser llevar a tu perro a un largo paseo sin tu teléfono. "Cuanto más tiempo desconectes, mejor te sentirás el siguiente lunes.
Dedica tiempo a la salud física, a las escapadas y a las personas y te sentirás más satisfecho cuando inicies la semana. Cuida tu cuerpo durmiendo bien, haciendo ejercicio, con comidas saludables o masajes; recárgate con aficiones, juegos u otras pasiones que tengas; y sobre todo pasa tiempo con personas con las que te guste estar.
Piensa en el fin de semana como en siete unidades de tiempo; el viernes por la noche, el sábado por la mañana, por la tarde y por la noche; y el domingo por la mañana, por la tarde y por la noche. Dedica esos espacios de tiempo a lo que es importante para ti. Si no puedes evadir el trabajo y las obligaciones esos días, limita el tiempo que dedicas a esas tareas a sólo uno o dos de esos bloques.