Puede ser útil tener propósitos en conjunto y una visión que una. ¿Cuál es nuestro propósito como pareja? Discutir los objetivos en los que se está de acuerdo y en los que no, por ejemplo, tener hijos, dónde vivir, puede solidificar una relación. Si hay desacuerdos, es bueno negociar para lograr un equilibrio entre los dos puntos de vista.
A la hora de hablar de convicciones, nos podemos preguntar ¿cuáles son aquellos que nos mueven? Una vez sepamos la respuesta ambos deben aceptarlas y comprometerse a seguirlas, independientemente de las circunstancias o los sentimientos de cada momento. En otras palabras, las convicciones deben servir tanto para el bien personal como para el mutuo. Por ejemplo, si uno de los dos está en apuros, el otro dejará todo para ayudar.
Otra pregunta que las parejas pueden hacerse, que parece compleja, pero realmente es fácil de responder es ¿qué hacemos el uno por el otro que nadie más pueda hacer? Hay tantas respuestas para esta pregunta como parejas hay en el mundo. Así que diviértete con ella.