Los retos que conlleva tener un segundo hijo también suelen sorprender a los padres. Cuando el trabajo se duplica, la programación, el transporte y otras tareas se vuelven de repente muu complicadas, y más aún cuando no hay nadie cerca para ayudar.
Es importante no esperar a que surja la necesidad de ayuda. Lo ideal es que se establezca un círculo de apoyo mucho antes de que llegue el bebé. Incluso si no se ha planeado con antelación, este enfoque sigue funcionando. No se debe esperar que los familiares y amigos aparezcan por arte de magia.
Es bueno mirar los círculos sociales, clubes a los que se pertenece, los grupos de actividades y otras comunidades de las que se forma parte, para ver quién puede formar parte de ese círculo de apoyo. ¿Quién del círculo ha tenido también un niño? ¿Quién puede cocinar, para ayudar con las comidas? Si la abuela vive lejos, ¿qué opciones hay en caso de emergencia?
Comunicar a los posibles participantes que se está formando un equipo de apoyo, y es probable que se sientan halagados y deseosos de ayudar. Las redes sociales pueden ser de ayuda para acceder a comunidades que puedan ofrecerte apoyo diario y remitirte a libros y otros recursos.
Si al final el trabajo que supone el segundo hijo siempre existe la opción de contratar ayuda, pero por lo general siempre hay opciones. La clave es empezar a formar ese directorio de personas de confianza con tiempo y no esperar a que aparezca la necesidad para pedir ayuda.