Un buen ejemplo puede ser sorprender con un buen cumplido sobre cómo ha hecho algo a la persona con la que quieras mejorar el trato. A la mayoría de la gente le faltan buenas palabras y reconocimiento. Pero claro, esto puede costar un poco de trabajo, sobre todo si se es del tipo tímido, si este es tu caso puedes tratar. Escuchando atentamente, ya que eso es otra de las cosas de las cuales las personas adolecen.
Echar una mano a un desconocido tampoco está de más, o en el caso contrario, si es un desconocido quien te ayuda a ti, tampoco cuesta mucho dar las gracias. De hecho, en un mundo ideal, se debería dar las gracias de corazón a todo el mundo, incluyendo al conductor del autobús, a la cajera del supermercado o a quien te da el paso en una cola.
Si tienes olvidados a tus vecinos o no tienes una relación muy interesante con ellos puedes pasar a verlos de vez en cuando y compartir un café y una sonrisa. Sonreír siempre ayuda y si quieres potencializarla, cuando lo hagas establece contacto visual con las personas.
Con un acto de bondad al azar cada vez, nos ayudamos mutuamente a estar más conectados, más contentos y también más sanos.