Una de las cosas más importantes es aprender a manejar los pensamientos y emociones. Para lograrlo, podemos practicar técnicas de meditación o respiración profunda, o hablar con un terapeuta o consejero. También puede ser útil escribir en un diario o contarle un amigo o a un familiar tus preocupaciones y sentimientos.
También podemos hacer ejercicio regularmente. Este puede ser un gran amigo a la hora de liberar tensiones y reducir la ansiedad. Es recomendable activarnos bien físicamente al menos 30 minutos al día, pero si no tienes tiempo, incluso caminar unos minutos puede ayudar. Y si además queremos darle un empujonsito más a nuestro cuerpo, una dieta equilibrada y descansar lo suficiente es algo que podemos integrar también. Es recomendable dormir al menos de 7 a 8 horas cada noche y tratar de evitar el exceso de trabajo o actividad.
Además, es importante poner límites y no involucrarnos en compromisos que no son necesarios o no son importantes para ti, ya que al dejarlo de hacer, estamos también dejando también presiones y pesos detrás. Esto puede ayudar a evitar sobrecarga y estrés innecesario.
Es importante encontrar formas de relajarnos y de disfrutar de las cosas que nos gustan. Por ejemplo, leer un libro, ver una película, escuchar música, o pasar tiempo con nuestros amigos o familiares, salir a pasear o simplemente descansar sin hacer nada.
Recordar lo importante que es encontrar un equilibrio en nuestras vidas y aplicar las técnicas que nos funcionan nos ponen en el camino a lograr una vida más plena. Si sientes que no puedes manejar el estrés por tu cuenta, no dudes en buscar ayuda profesional.