Parece obvio, pero hay que decirlo. Una de las mejores formas de hacerlo es mediante la limpieza diaria de los dientes. Lo que ya no es tan obvio es incorporar un hilo dental además de cepillarnos los dientes al menos dos veces al día con un cepillo dental suave y una buena pasta dental.
Por supuesto, las visitas regulares al al dentista para exponernos a una limpieza más profunda y profesional los dientes y así detectar cualquier problema antes de que suceda nos evitará dolores innecesarios.
Lo hemos escuchado desde pequeños pero aún así, es bueno recordarlo. Una dieta equilibrada, con calcio y baja en azúcares, ayuda a reducir el riesgo de caries y enfermedad periodontal. Si hacemos lo anterior, o por lo menos lo reducimos, además de limitar el consumo de alcohol y el tabaco podemos sacar de nuestra vida los efectos negativos que provocan.
No nos olvidemos de las encías. Allí reside una gran parte de una buena salud dental. Si queremos mantenerlas sanas debemos evitar el uso excesivo de enjuagues bucales o de tabaco, y dejar de morder objetos duros como lápices o uñas.
La salud oral no solamente es importante para nuestra apariencia física, sino que es esencial para mantener una buena salud en general. Es importante tomar medidas para prevenir problemas futuros. A nadie nos gusta ir al dentista, pero esa es la forma más efectiva de conocer el estado de nuestros dientes. Si podemos mantener una boca sana, estaremos contribuyendo activamente al resto de nuestro cuerpo.