Una buena forma de prevenir los resfriados y las gripes es mediante una buena higiene personal, lavándose las manos regularmente con agua y jabón, especialmente después de estar en contacto con personas enfermas o en lugares públicos, evitar tocarse la cara, especialmente la nariz y la boca, acostumbrarse progresivamente a tomar duchas de agua fría, ingerir alimentos ricos en vitamina C y tomar 10 minutos el sol diariamente.
Por lo general sufrir de estas afecciones no representa un riesgo para la salud, pero si enfermamos, es importante mantener una buena salud general mediante una dieta equilibrada, suficiente sueño y estrategias para manejar el estrés.
Nunca debemos olvidar que un médico es quien puede ayudarnos en caso de que los síntomas sean muy severos, pero si no lo son, también podemos ayudar a nuestra recuperación guardando cama, no exponernos a temperaturas extremas y con un buen caldo de pollo.