Cuando consumimos la cantidad recomendada de verduras estamos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades crónicas. Dentro de las vitaminas y minerales esenciales que contienen podemos encontrar vitaminas A, C y K, y en minerales como el calcio y el hierro. No es necesario recalcar la importancia de estos nutrientes para la salud ósea y para el funcionamiento del sistema inmunológico ¿no?
La reducción del peso corporal es otro de los beneficios que nos aporta el consumo de estos alimentos. Al ser bajas en calorías y ricas en fibra, nos puede ayudar a sentirnos satisfechos y reducir así la ingesta total de calorías al sentarnos en la mesa.
Y si hablamos de antioxidantes, las verduras tienen una gran cantidad ellos. Estos nos ayudan a proteger las células del cuerpo del daño celular y a prevenir enfermedades crónicas como las cardíacas, ciertos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas.
En general es buena idea incorporar verduras en la dieta. Puede tener un impacto muy positivo en múltiples áreas de nuestra salud. Si lo hacemos, debemos tratar de que no sean siempre las mismas. En la variedad está la riqueza. Al cocinarlas, debemos hacerlo también de modo que no restemos nutrientes. Si las cocinamos en exceso, dejan de tenerlos.