Hierve el agua con sal al gusto. Pon la pasta fresca en el agua cuando ya esté hirviendo. En caso de pasta recién hecha cocínala hasta que los fideos floten en la parte superior de la hoya. En el caso de pasta seca, cocínala al rededor de 11 minutos. Puedes morder de vez en cuando un poco de pasta para saber cuando está al dente. Se recomienda retirar la pasta del agua hirviendo cuando hay una pequeña porción de pasta dura en el centro, ya que al retirarla del fuego, la pasta sigue cocinándose, por la temperatura a la que se encuentra. Escurre inmediatamente y vuelve a poner la pasta en la olla.
Calienta la mantequilla y la crema para batir en una sartén a fuego medio, revolviendo con frecuencia, hasta que la mantequilla se derrita y en la mezcla se formen burbujas. Hierve a fuego lento por 15 minutos, revolviendo con frecuencia, hasta que la salsa haya espesado ligeramente. Retire del fuego; agregue el queso, la sal y la pimienta negra, y revuelve bien hasta que no queden grumos.
Al servir esparce un poco de perejil para presentación y listo. ¡A comer!