Lavamos bien las fresas y reservamos y en un vaso de licuadora incorporamos la leche condensada la crema ácida, el queso philadelphia y la esencia de vainilla. Licuamos bien la metemos al refrigerador para que espese.
En un recipiente grande incorporamos las frutas y el azúcar, mezclamos bien y las dejamos al refrigerador por unos 30 minutos. Una vez pasado el tiempo en un vaso para postre, ponemos un poco de fresas y las bañamos con nuestra salsa.